Ir al contenido

La mente aguarda

No disponible

Óleo sobre tela 30 x 50 cm

“La mente aguarda” presenta una figura femenina recostada en un paisaje nebuloso, casi onírico, donde las formas de enormes rostros pétreos emergen y se desvanecen entre la bruma. Su desnudez no transmite vulnerabilidad, sino un estado primario y esencial, como si se encontrara en el umbral entre la materia y el pensamiento.

La mujer sostiene un orbe dorado con circuitos grabados, un símbolo de conocimiento latente, tecnología ancestral o memoria codificada. Su postura, protegida y contenida, sugiere que resguarda algo que aún no debe revelarse: un secreto, un despertar o una verdad en reposo. La corona de hojas metálicas que porta en la cabeza fusiona lo vegetal con lo artificial, reafirmando la identidad híbrida del personaje.

Mientras tanto, las enormes caras en las rocas parecen observar el momento, como entidades silenciosas que representan la conciencia colectiva, la historia o las mentes que han esperado antes que ella. La atmósfera grisácea envuelve la escena en una pausa eterna, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para aguardar junto a ella.

La obra evoca la tensión entre evolución, introspección y destino: la mente puede estar oculta, pero su despertar es inevitable.




0,00 0,00